Preparación

1. Pochamos la cebolla y los boletus en aceite de oliva a fuego medio
2. Elaboramos una bechamel cremosa y sin grumos
3. Trituramos los boletus y la cebolla hasta conseguir una mezcla homogénea. Mezclamos la masa y la bechamel
4. Tostamos la mantequilla y la harina. La volcamos al preparado previo
5. Dejamos enfriar en nevera
6. Damos forma libre a las croquetas. A continuación las pasamos por huevo batido y pan rallado
7. Dejamos reposar una hora
8. Las freímos sin que lleguen a hacer humo
9. Las escurrimos en papel absorbente
10. Plato ok

El boletus: un hongo muy bajo en calorías

Hay unas 300 especies de boletus. Recibe el nombre de boletus un hongo descubierto como tal a principios del siglo XIX.

Boletus significa seta o bulto.

No todos los boletus son comestibles. Se dice que aquellos ejemplares que presentan tonos de color rojo son venenosos, pero es conveniente señalar que algunos boletus, ya sean rojizos o no, solo son aptos para el consumo humano después de una cuidadosa y esmerada cocción.

Un boletus venenoso puede provocar problemas intestinales más o menos graves e incluso la muerte. Por tanto, mucho cuidado con boletus de procedencia incierta.

Un boletus tipo lleva agua, proteínas e hidratos de carbono. Su contenido en grasa es inferior al uno por ciento. Su composición también incluye en proporciones apreciables potasio, fósforo, ácido fólico y vitamina C.

Su ingesta viene bien para mantenerse en peso y para regular el tránsito intestinal.

De vez en cuando, una bandeja de croquetas de boletus no es mala idea. Son nutritivas, baratas y fáciles de hacer.